domingo, 11 de agosto de 2019

CInco grandes factores para liderar

El modelo de los cinco grandes

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Una serie de investigaciones y resultados consecuentes sugieren cada vez más la existencia de cinco dimensiones básicas que prevalecen sobre otras y agrupan a la mayoría de las personas. Este modelo cuenta con Cinco Grandes factores, los cuáles son:

Extroversión: nivel de confort que se posee sobre las relaciones. Los extrovertidos tienen una tendencia a ser sociables, asertivos y a disfrutar la vida en comunidad. Lo contrario a esto sería la introversión, que implica ser más tímido, reservado y callado. Los extrovertidos tienden a experimentar emociones más positivas y expresar sus sentimientos con mayor libertad. También tienden a desempeñarse mejor en roles interpersonales.
Adaptabilidad: tendencia de un individuo a aceptar los puntos de vista de los demás. Las personas con altos índices en este factor son cooperativas, empáticas y generan confianza. La gente con bajo nivel de adaptabilidad suele ser más fría, inconforme y competitiva.
Meticulosidad: esto es una medida de estabilidad y confianza. Aquellos con esta característica suelen ser responsables, organizados, perseverantes y, sobre todo, confiables. Las personas con baja meticulosidad pierden rápidamente el foco, son desorganizados y, a la larga, poco confiables. Los líderes que desean tener altos niveles de logro en sus ejecuciones, deben encontrarse fuertes en el ítem de meticulosidad, dado que es el que mayor correlación plantea con el desempeño en el trabajo.
Estabilidad emocional: capacidad de una persona para gestionar las tensiones propias y ajenas. Quienes tienen bajos índices de estabilidad emocional suelen encontrarse ansiosos, inseguros y depresivos. Quienes poseen altos niveles en este factor, son quienes logran vivir más felizmente, dado que tienen una tendencia natural a estar más positivos con el presente y optimistas con respecto al futuro.
Apertura a las experiencias: capacidad de sorpresa y disfrute ante las novedades. Esta característica impulsa la creatividad, curiosidad e incluso sensibilidad. Aquellos con bajo nivel en este factor suelen mostrarse conservadores y dentro de su zona de confort. Altos niveles de este factor le permitiría a los líderes estar más a gusto con la complejidad, ambigüedad y cambio constante.

Para conocer más, podés obervar el siguiente video público de la Dra. Carolina Bergoglio.


¿El líder nace?



El carisma y el liderazgo


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El “carisma” incluye cierta cualidad de la personalidad de un individuo que impacta en los demás de modo que es tratado de manera diferente que el resto del grupo, permitiendo que usualmente surja como líder natural. 

De acuerdo con la teoría del liderazgo carismático, los seguidores o colaboradores son quienes hacen atribuciones de aptitudes heroicas o extraordinarias para el liderazgo. Según algunos estudios que han intentado aislar los factores del mismo, podrían encontrarse características tales como:

Visión y articulación: tienen una visión, expresada como meta idealizada, que propone un futuro mejor para el status quo; y es capaz de aclarar la importancia de la visión en términos comprensibles para otros. 
Riesgo personal: está dispuesto a correr riesgos personales, a incurrir en costos altos y aceptar el autosacrificio para lograr esa visión. 
Sensibilidad a las necesidades de los seguidores: es perceptivo de las aptitudes de los demás y responde a sus necesidades y sentimientos. 
Comportamiento no convencional: adopta comportamientos que son percibidos como algo novedoso y que va contra las normas. 

Es cierto que algunas personas nacen con características que los hacen más carismáticos. Las investigaciones realizadas a lo largo de los últimos años demuestran que el estilo de personalidad si tiene una alta relación con el liderazgo carismático, pues los líderes de este tipo son extrovertidos, orientados al logro y con altos niveles de confianza en sí mismos. 

La buena noticia es que los estudios también indican que podemos desarrollar nuestro carisma en caso de que sea un aspecto a mejorar en nosotros mismos. Para ello se utiliza un proceso de tres etapas: 
1. Contagiar optimismo, usando la pasión como catalizador para generar entusiasmo y comunicar con todo el cuerpo, más allá de las palabras. 
2. Crear una atmósfera que inspire a los colaboradores: 
3. Apelar a las mejor de las personas: inducir emociones y adoptar un comportamiento no convencional para ejemplificar valentía y convicción respecto a su visión. 

Es importante destacar que el carisma podría ser situacional. Algunos estudios han observado que el carisma no es siempre sinónimo de éxito, su eficacia depende de la situación. Este parece tener más éxito cuando la tarea de los seguidores tiene un componente ideológico o cuando el ambiente involucra un alto grado de tensión o incertidumbre, por lo que muchos líderes carismáticos surgen en ámbitos como la política, religión y épocas de crisis organizacional. También se ha demostrado que tiene más impacto en la organización a medida que el puesto formal del líder es de mayor jerarquía. 
¿Existe un lado oscuro del liderazgo carismático? Si. En función de su carisma estos líderes pueden exigir compensaciones o beneficios sumamente elevadas, incluso con desempeño mediocre. Además, se corre el riesgo de que se confundan los intereses de la compañía con los del líder, imponiéndose el ego por sobre las metas organizacionales. En otros casos pueden volverse intolerantes frente a las críticas, se crea un clima en el que las personas pueden temer a decir “no” ya que podría considerarse un cuestionamiento a la autoridad.

Un estudio realizado por Collins en veintinueve buenas compañías (Robbins), con rendimientos tres veces superiores al rendimiento del mercado, encontró la existencia de liderazgo carismático, pero con ausencias de ego. Los líderes exigían a sí mismos, sus equipos y la organización resultados extraordinarios, pero con pocas necesidades de jactarse de ello. Los líderes se sentían orgullosos de forjar nuevos líderes fuertes, que pudiesen llevar la organización a el próximo nivel. A este tipo de líderes carismáticos se los ha denominado líderes de nivel 5, dado que poseen cinco grandes cualidades del liderazgo: capacidad individual, aptitudes de equipo, competencia directiva y aptitud para estimular a otros hacia un mayor desempeño. Finalmente, se agrega una quinta dimensión que poseen estos líderes, una mezcla paradójica de humildad personal (servicio) y voluntad profesional (logro). De esta manera las personas se orientan a la meta en función del bien común de la organización y no de las metas personales de sus directivos. 

Para finalizar, podríamos decir que el liderazgo carismático tiene cierta efectividad, pero dependiendo del líder, contexto en el que se encuentra y visión que inspira. A lo largo de la historia han surgido gran cantidad de líderes carismáticos que han construido regímenes totalitarios, con visiones desastrosas para las personas.

Y vos... ¿donde te ves a vos mismo? ¿Naciste o te hiciste?